Somos sueño que se encaja
exiliado en su arrogancia
Moribundo por heridas
Que desangran de nostalgia,
Que descalzas dejan huellas en el alma.
Somos sombras amarradas
por un beso sigiloso,
a la luz que va y penetra
Por los muslos de las sombras.
Cuan lejos esta del ser
esa paz que nunca calma,
esa voz que en un suspiro,
hoy como el sueño se ha ido
Atravesando este silencio
de la mano de un tuerto
que le moja la mirada,
que se va y no dice nada.
Somos sangre carmesí,
Ufana y deliberante,
que escurre de la inocencia
de salvajes, de amantes.
Y que nunca se ha parado
Se ha quedado sin sonrisa
atrapado y desahuciado,
ha olvidado su premisa
bajo un manto extraviado
Entre el torso del destino
va buscando el camino
que lo regrese a casa
y lo saque del olvido
Somos uno y somos todos,
somos todo y somos nada,
somos sed que no se olvida
ni se separa del alma.
<K>
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