miércoles, 18 de noviembre de 2015

Nativo


Soy nativo de este mundo, de este tiempo. Soy vasallo del momento, extranjero allá en la gloria, un proscrito sin remedio, un buscador entre creaciones y universos paralelos.
Soy el cielo y el infierno, ese ángel y ese ente tan hambriento que devora los instantes como lo hacen los amantes cuando creen que se han perdido. Arañando sus latidos, persiguiéndose las huellas, combatiendo en sus almenas,  en su piel, en su voz que seduce a las sirenas.    
Mis dedos son alas que liberan fecundando espacios vírgenes con la semilla del poeta, con la sangre de mis venas. Escribiendo versos libres en este instante, en tus ojos, en tu pecho, en este eco infinito que han creado los que hoy ya han partido y sin embargo no se han ido. ¡Están aquí¡ en el susurro que invoca tu memoria, en las notas que hacen que baile intensamente el corazón hasta gritar que no se ha ido, que aún está aquí debatiéndose en mi pecho.  
Para estallar no necesitas más razón que ser tú mismo, y escuchar profundamente ese rio salvaje y tierno, como recorre lentamente tus fisuras, tus cráteres, y tus abismos. Hasta llenarte y encontrarte, esperando justo como has llegado a esta tierra, desnudo y libre dando tumbos en la niebla.
Corazón esbelto ¿!porque sueñas, porque gritas, porque amas con fiereza, porque lloras, porque buscas penetrando en las tinieblas¡? Porque eres lo más magno y más exiguo de este mundo, lo más eterno y a la vez lo más resuelto, lo más grotesco y lo más bello. Eres nativo hermano mío de este orbe, y por tu sangre, y por tu aliento, y por tus sueños corre lo mismo que me hace escribirte estos versos extraviados y sedientos.




<K>    

                                                           




                                              


No hay comentarios:

Publicar un comentario