viernes, 3 de julio de 2015

Dentro de mi

Hacia el cielo, me adentro en la ligerés de mis fantasías, entre el claro oscuro de mis sueños, en los empalmes de lo eterno con lo mundano,
la madrugada entra en duelo con el alba batiéndose con cimitarras de fuego y sus alas espectrales, inamovibles.

Dejo el mundo en un suspiro, ¿o es acaso un alarido?
Desnudes de lo radiante, sombras que brillan, extraños placeres que perecen al albor y renacen con cada ocaso.
Los recuerdos ásperos, las sabanas que respiran, el sigilo agoniza me mira inerte, lívido.
Se yergue ante mi este momento indagándome, mordiéndome, besándome.

Entre sus muslos pierdo el rumbo y me concedo. Pero yo florezco y me levanto en el núcleo de mi mismo. Respiro ansiosamente el tiempo,
la mañana, el aire colmado metamorfosis como un camaleón que me mira esperando su respuesta. Crece el rumor de esas respuestas diáfanas y ajenas, hallazgos entre los poros de mi piel demuestran la franqueza del vacío, y esos espacios voraces y súbitos se desprenden de lo desconocido,
del mismo infinito lamiendo sus grietas deseando sus abismos.

En la ingravidez de mis placeres más prohibidos de mis verdades más perversas, es una fusta que acaricia que despierta mis alas mientras lanza hechizos y hace realidad las más deliciosas profecías. ¡Aquí dentro de mi¡


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