Somos sombras. Amarradas por un beso sigiloso, a la luz que penetrando
por la memoria de la noche ve cuan lejos del alma y la luna se convierte
en un suspiro, que como el sueño se ha ido, atravesando el silencio
de la mano de un tuerto que le moja la mirada, que se va y no dice nada.
Somos sangre carmesí y deliberante, que escurre de la inocencia
del amante abandonado y que nunca se ha parado, se ha quedado
sin sonrisa atrapado entre los muslos de un insaciable destino.
Va buscando su camino que lo regrese a casa y lo saque del olvido.
Somos sueño exiliado en su arrogancia, moribundo por heridas
que desangran, de abandono y de nostalgia que descalza deja huellas
en el rostro del pasado, que con el tiempo se van hundiendo
escarbados como cráteres del corazon.
Somos uno y somos todos, somos fuego y somos brujos,
somos todo y somos nada, somos sed que no se olvida ni se se aleja
del alma.
KiRvA
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