Mujer
alada, mujer que vuelas, mujer que danzas desnuda en el cielo. Seduciendo
sueños, persiguiendo frenéticamente a tu espejismo, sedienta, libre!...
Son tus
espacios inalcanzables llenos de la
bruma pálida y etérea que acaricia mis instantes como la luna coquetea con la
noche mientras pasa a través de ella, colmándola de luz, de verdad, ¡de
ti!
Esos ecos
donde habitaba tu mirada son ahora rincones codiciosos, murmullos incitados por
la bruma, a ser más que solo eso. Niebla que penetra por los poros, hambre que
se queda en las entrañas hiriendo al tiempo, devorando la mirada, ávida,
trastornada, lejana. Tan lejana como tus alas que despegan entre inviernos incendiados
elevando su aleteo sigiloso, mientras su forma, se desvanece y se mezcla con la
mía dejando una sola existencia.
A. Carrera.
!A mi Alma¡
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