Se desploma la tarde aliento purpura y lascivo
traicionando con su saliva la cordura
emergiendo de la noche... de la carne,
resbalando entre las requisas de los sueños
paso a paso dejo el claustro donde escondiste tus pecados
junto a una pálida muñeca y un beso de plata
ando lento por los corredores de tu cuerpo
asaltando tus rincones arañando tus lamentos
serpenteando, hurgando, devorando...
entre tus hojas y tus claustros
entre tus labios y tus miedos
somos dos o es uno en duelo
somos carne que se derrite en los sueños.
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