Caen las lenguas bajo el yugo de la espada y del escudo, es la suerte del que mira, es la venganza de uno. En la montaña una hueste de terribles conclusiones va desgarrando tu vientre con sus mentiras acordes, la promesa sin su risa anda vagando perdida lleva en sus ojos la herida del reflejo de su vida.
Junta tu voz con la mía, penetremos la cordura y exhalemos en su boca la verdad que no se toca
AgUsTiN
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